E. 208. El SILENCIO:

         

                Cuando nos perdemos en el torbellino de los pensamientos y comienzan los monstruos a bailar con nuestras emociones rodeados de ruidos, sobreestimulación y cacofonía constante, en un mundo en el que la soledad se desvela como si fuera un peligroso agujero negro que debemos rellenar a cualquier precio antes de que nos trague, la clave está en encontrar la paz interior que proviene del silencio, una pausa a nuestros cerebros tratando no sólo de apagar los dispositivos electrónicos, sino de calmar la mente abriéndonos a la experiencia de estar presente en el momento actual, reconectando con nosotros mismos y con la realidad que nos circunda.

                El silencio, ese bien escaso casi de lujo, aliado de nuestra salud física y mental,  cuya riqueza se encuentra en la expansión de la consciencia que nos proporciona un espacio para: la reflexión profunda, neutralizar lo que nos perturba, descansar, recargar energías, reducir el estrés, practicar la escucha activa y la oportunidad de aumentar la creatividad, mejorar la calidad del sueño, fortalecer el sistema inmunológico, disminuir la presión arterial y centrarnos sin necesidad de darnos codazos para ser vistos y oídos pues, un silencio a tiempo reconociendo nuestra vulnerabilidad, puede dotarnos de misterio, ingrediente clave de la seducción en esta aldea global de seres sociales que somos.